Leo este artículo de Pitchfork, titulado Wax and Wane: The Tough Realities Behind Vinyl's Comeback, Cera y declive: Las duras realidad tras el retorno del vinilo. El planteamiento es similar al que hacían en El Definido, en el artículo titulado La fiebre del vinilo: Más diseño y creatividad que alta fidelidad.
Es interesante y al mismo tiempo descorazonador. En él se plantea que en el regreso del vinilo hay mucho de mitomanía, y mucho menos de amor por la música o su reproducción. Ilustra su postura con diversos ejemplos: grupos que quieren poner sangre en la mezcla de vinilo para sus ediciones; una edición que lleva brillantina en la mezcla; otra que lleva las cenizas de una biblia del S. XIX; otra que lleva dinero triturado. También señala la extraordinaria popularidad de las ediciones coloreadas. Así Musicol (una pequeña planta en Columbus, Ohio) está dividiendo su producción entre ediciones coloreadas y el vinilo negro tradicional. Mientras que Gotta Groove Records (una empresa de Cleveland, Ohio, con 5 años de vida) prensa en torno al 40% de su producción en vinilo coloreado.
Así mismo parece que, según un estudio publicado por ICM Research y titulado Music buyers prefer CDs, vinyl and cassettes over the Cloud, un 15% de los británicos que compran música en formato físico no la escuchan. Algo más notable entre los compradores de entre 18 y 24 años, donde esta práctica sube hasta el 26%. Esto apuntaría a una compra por simpatía por un grupo, por puro coleccionismo (algo extraño entre el público más joven), por simple fetichismo o por exhibicionismo, al fin y al cabo que mejor manera de demostrar que uno es un amante de la música que con una pared cubierta por los trofeos adquiridos en tiendas y ferias.
Finalmente comenta la dificultad de obtener hueco para los prensados convencionales, especialmente para los pequeños sellos independientes y grupos minoritarios. Según John Beeler de Asthmatic Kitty, un pequeño sello independiente, se ha pasado de 4 semanas a por lo menos 3 meses para obtener una edición en vinilo. Algo que inicialmente parecía originado por las ediciones para el Record Store Day pero que después del evento parece mantenerse. Esto se achaca tanto al interés de las ediciones limitadas como por la intervención de las grandes compañías discográficas que acaparan el mercado y las reedidciones de clásicos, que se editan de nuevo por enésima vez. Y por supuesto la causa fundamental y de difícil arreglo, la escasez de prensas, la escasez de instalaciones para ellas y la falta del know-how para poner en marcha una planta de prensado.
Primero indicar que el propio estudio de ICM Research señala que los motivos para el resurgir del vinilo son: la calidad del sonido, el diseño de las portadas y el coleccionismo. Como primer motivo aparece LA CALIDAD DEL SONIDO. Y además la lectura que se hace en el mismo estudio de que algunos compradores compren alguna pieza que no piensan escuchar, no significa que no piensen escuchar nada de lo que compren como habitualmente se interpreta. Finalmente comentar que este estudio se circunscribe al público británico, por lo que no tiene por qué considerarse representativo del público a nivel mundial.
Segundo, señalar que los ejemplos que usa para subrayar la popularidad de las ediciones en color son de algunas casas que podemos considerar boutiques más que prensas mainstream, así que la producción siempre tendrá un sesgo hacia ediciones limitadas, especiales... Y aunque no se puede negar el auge de los discos picture, coloreados, trasparentes.... basta ir a una tienda de discos para ver que prima mucho más el vinilo negro (y cuidado, hay quien dice que los trasparentes suenan mejor, pero esa es materia para otra historia) y pesa más que un disco sea de 180 gramos, que si se trata del último picture o edición de color verde fluorescente.
Y tercero comentaré lo mismo que hice en la entrada titulada La fiebre del vinilo en El Definido (Chile). Copio literalmente:
"Pero el autor parece ignorar o pasar por alto que, usando el ejemplo elegido por él mismo, Jack White usa una cadena de grabación distinta para sus ediciones en vinilo que para sus ediciones digitales. Tampoco parece conocer que dispone del equipo necesario para grabar "directo a disco". Todo ello apunta a una apuesta por una determinada calidad antes que por el factor experiencial.
Otro detalle que el autor no considera es la cantidad de ediciones limitadas que hacen casas dedicadas al sector audiófilo y que en los últimos tiempos parecen prosperar de forma sorprendente. Así por ejemplo QRP, establecida hace ahora 3 años de la mano de Chad Kassem (de Acosutic Sounds, Analogue Productions, Blue Heaven Studios y APO) ha prensado más de un millón de discos. Así que, suponiendo que los datos de Nielsen fuera buenos (que no lo son) y que QRP sólo venda la mitad de lo que prensa (improbable) un 10% de las ventas de vinilos ya serían para los audiófilos, pero todo ese material sería nuevo para este mercado pues hace 3 años QRP no existía. Otro factor serían las ediciones en mono de discos que originalmente fueron pensados para reproducirse así y que se venden prácticamente antes de llegar a la calle.
Si este renacer lleva algo aparejado es un importante incremento de las ventas de platos, brazos y cápsulas fonocaptoras "de verdad" (sólo hay que ver las ventas de platos Rega, la gama asequible de Clearudio o el reciente VPI Nomad). Y eso sin tener en cuenta lo que se han disparado en el mercado de segunda mano los Garrard 301, los Thorens 124, los EMT (927, 928, 950...), los Technics SP-10 o de los Kenwood L-07D.
Igualmente parece desconocer que los datos de ventas sin al menos dudosos. Si bien es cierto que el vinilo ha vuelto "al gran público" recientemente, también es cierto que como dicen en URP "nunca se había ido". Hay que tener en cuenta que las ventas estimadas por Nielsen son probablemente erróneas al menos en tres o cuatro veces. Así que este supuesto resurgir es más un "resurgir para el gran público" y para los canales que Nielsen monitoriza.
Si algo parece indicar este resurgir es que algunas personas parecen regresar o iniciarse en la escucha de la música, no en el constante sonido ambiente que ha invadido nuestro entorno y que convierte la escucha de música en una acompañamiento más que en una actividad en sí misma. Si algo ha aportado la digitalización de la música ha sido esto, devaluar la música a mera comparsa, y hacer la escucha fatigosa y estéril. No en vano se ha descrito la digitalización como "picar la carne y tratar de convertir la carne picada de vuelta en chuleta".
Así que en este resurgir, no podemos negar que exista un factor de moda, apoyado en una promoción de la "experiencia", pero las ventas de platos, el éxito de las ediciones de alta calidad y las casas audiófilas, o la apuesta del propio Jack White por hacer grabaciones y mezclas dedicadas a sus versiones analógicas... parecen apuntar a que la calidez, la sensación orgánica de la música en formato analógico, son los puntales fundamentales que han permitido no sólo la subsistencia del LP sino también su actual eclosión."
Resumiendo, hay un sector que está en el vinilo por puro fetichismo, otro que está en esto porque es la moda, y un importante grupo que ha entrado o regresado al vinilo por razones de calidad. Pero cuidado, porque quizá lo que vemos no es un resurgir tan importante, sino una aparición pública de un fenómeno que era underground. Y quizá estemos observando con detenimiento lo raro por serlo, mientras ignoramos lo normal.
Décadas de experiencia fueron a la chatarra a cambio de un formato de mínimos, prueba de que el ser humano no siempre avanza cuando aplica la tecnología a la resolución de un problema o a la satisfacción de una necesidad o de un capricho. Si el CD representaba "el principio del fin" (aunque quizá ese dudoso mérito se le deba al "Flexidisc") quizá el revivir del vinilo sea el principio de un nuevo principio.
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