Leo en FACT Magazine que Carl Cox, el famoso DJ, tiene una colección de más de 150.000 discos. Sí, habéis leído bien, 150.000 discos de vinilo adquiridos entre 1968 y 2007 que guarda ordenados cronológicamente. Esto supone unos 10 discos cada día de ese periodo de tiempo. Dado que es un DJ es probable que sean sobre todo singles de 7'', EPs, Maxi-singles de 12''... pero aún así son muchos minutos de música por día. Puedo imaginar que tiene una colección de samples y sonidos que pocos DJs podrán emular.
En la entrevista indica que en 2007 dejó de adquirir vinilos. Una pena por un lado, pero por otro, no se puede negar que ya tiene mucho más material del que puede esperar utilizar alguna vez durante su carrera, incluso siendo un profesional de la música.
Décadas de experiencia fueron a la chatarra a cambio de un formato de mínimos, prueba de que el ser humano no siempre avanza cuando aplica la tecnología a la resolución de un problema o a la satisfacción de una necesidad o de un capricho. Si el CD representaba "el principio del fin" (aunque quizá ese dudoso mérito se le deba al "Flexidisc") quizá el revivir del vinilo sea el principio de un nuevo principio.
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